La otra cara de Corona Capital
Fue un evento extraordinario, algunos estuvimos contentos por
escuchar y ver a nuestros artistas favoritos, en mi caso de ver a las
canadienses Sarah y Tegan a LP de los Estados Unidos y los
México-americanos Neon Indian, (entre otros), pero detrás de este gran
espectáculo podemos ver sólo una parte de la relación económica que se
mueve dentro.
De la magia del espectáculo a la decepción del servicio.
Todo
parece ser un encanto, hasta cuando las personas que asisten al evento
deciden consumir un producto en el interior del Autódromo Hermanos
Rodríguez. Miles de quejas respecto a vasos de cerveza que contenían
sólo espuma, o rebajados con agua con el pretexto de que el hielo se
derritió a demás de los precios que triplicaban el costo comercial de
los líquidos. Vasos de 1 litro con 400 y hasta 600 ml. efectivos del
líquido, a costos de 90 pesos de los cuales al vendedor se les otorgaba
de ganancia 3 pesos; lo que los hacía obtener de entre los mil y dos mil
pesos, dependiendo la suerte de ventas; en un sistema de competencia
completamente saturado, donde los asistentes se veían acosados por los
vendedores para estos pudieran obtener su mejor día; al estos últimos tener la presión
de sus jefes inmediatos, con la misión de cumplir con una cuota mínima
para el pago de su sueldo.
En todos los casos, a los
trabajadores se les hacía trabajar más de 8 horas continuas y firmar
pagarés por 50 mil pesos, para qué a quién al finalizar el evento no
entregara su material completo tenía qué reponer esa cantidad a demás de
cargar a las espaldas entre 20 y 35 kilos de peso de 7 am a 1am del
siguiente día. Algunos relatan que para no sentir el peso tienen que
consumir sustancias como la marihuana (que se vende al interior o
intercambian) para poder continuar trabajando.
Sólo de un
grupo de 60 vendedores llegué a detectar un flujo de efectivo del
alrededor de 1 millón 450 mil pesos, que fueron 10 barriles por
vendedor, por 15 vasos y el costo de estos mismos. Sin contar a grupos
de alimentos, otras bebidas, souvenirs, otros 4 grupos de vendedores de
cerveza, y el giro negro dentro del evento.
También
observé un problema la salubridad en la que se entrega la cerveza, ya
que nunca se limpian los tanques y mangueras con las que se sirven
estas, los vasos del suelo son reciclados de inmediato en tinas de agua
con hielo de la que se sacan los barriles de cerveza,- y efectivamente-,
no hay agua para higiene básica; imaginemos, si no encontramos un baño
con agua, cual será las condiciones en las que obligan a los
trabajadores con varias horas, a servir la cerveza.
El
consumo y tráfico de estupefacientes también estuvo a la orden del día,
así como el flujo de dinero falso como en casi cualquier economía, y
como siempre pierde el que se deja. Había marihuana por supuesto a veces
de intercambio por cervezas cuando ya no tenían dinero algunos
asistentes.
Al final del espectáculo, los pésimos
organizadores convierten en enemistades tanto a los asistentes ven en
vendedores grupúsculos de pillos y los vendedores ven en los asistentes
hordas de avaros de clase media.
Lamento de todo esto la poca
civilidad demostrada por parte de organizadores ante visitantes de
diversas partes del país y de varias partes del mundo que vinieron a ver
a sus artistas favoritos, con esto, se crea mucha desconfianza y
desincentiva a visitantes a regresar a la capital y al país en plan de
turismo. Al final todos pierden incluso OCESA de CIE.
Es
por esto que tenemos poco atractivo turístico para eventos que deberían
ser de talla mundial como este, es así pues que muchas personas del país
y extranjeros, preferirían eventos en otras latitudes del mundo, que en
nuestro país.
Una gran pena para la industria del entretenimiento en México monopolizada por unos cuantos con permisos excepcionales.